La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha anunciado hoy que el Ejecutivo prevé que los restos de Francisco Franco serán exhumados del Valle de los Caídos y enterrados de nuevo en el panteón del cementerio de Mingorrubio, en el Pardo (Madrid), el próximo 10 de junio, aunque podría posponerse si así lo decide el Tribunal Supremo.
Así lo ha avanzado Calvo en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en la que ha añadido que no habrá comunicación ni imágenes, ni convocatoria pública de la exhumación de los restos del dictador.
De este modo, el Gobierno fija la fecha para exhumación sin esperar a que el Tribunal Supremo decida sobre la suspensión cautelar del traslado de los restos, si bien deja claro que dicha fecha puede ser pospuesta si el tribunal anulara o suspendiera esa decisión del Ejecutivo en el marco del procedimiento contencioso administrativo abierto con la familia.
Para el Ejecutivo, el cementerio de Mingorrubio-El Pardo, donde ya se encuentra inhumada la esposa de Franco, Carmen Polo, permite garantizar tanto las condiciones de "dignidad y respeto" como la "diga sepultura exigidas" y garantizando la "intimidad" de los familiares.

 
Junto a Carmen Polo y cerca de Carrero Blanco y Arias Navarro
 
El cementerio de Mingorrubio, conocido generalmente como el de El Pardo, no es de las de mayor ajetreo de las necrópolis municipales de Madrid.
La población de Mingorrubio surgió a finales de la guerra civil, fundamentalmente para acoger a civiles y militares que estaban al servicio de Francisco Franco. Y como a donde hay vida llega la muerte, en los años cincuenta se construyó este cementerio. Muchos anónimos pueblan sus casi 20.000 metros cuadrados, tantos que son prácticamente la mayoría. Dos enterramientos, apenas separados por metro y medio, recuerdan la morada de dos familias que tuvieron en Carrero Blanco y Arias Navarro a dos de los ministros de Franco. También por culpa de la violencia descansa allí, de forma prematura, Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA en el año 1996. La simple inscripción de su tumba de mármol negro habla de lo que fue en vida y de la falta de rencor: “Libertas. Iustitia. Concordia”.
En el mayor panteón del cementerio está Carmen Polo de Franco y por las cercanías descansa también el notario personal del dictador, Múgica Bariandarán, y dos ministros que lo fueron de Marina e Industria, Nieto Antúnez y Canceller Segura. La familia Trujillo, la del famoso dictador suramericano, también tiene allí su sepultura, al igual que la familia Banús, Fierro, Oreja-Aguirre o Luca de Tena.
De los políticos más tardíos en llegar fue Paco Fernández Ordóñez, aquel que lo hizo calladamente y con el reconocimiento de toda la España democrática.
 
En la fotografía de #AdiósCultural de Chema Moya, en primer plano, el panteón en el que será sepultado el dictador.