Una colina de Yalambojoch, una pequeña aldea de Guatemala en la que una de las pocas formas de subsistir es la migración, es desde ayer la última morada de Felipe Gómez, el niño migrante que murió bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos el pasado 24 de diciembre.
La familia y la comunidad de Yalambojoch, en el municipio de Nentón, en el departamento noroccidental de Huehuetenango, fronterizo con México, velaron sus restos todo el sábado, y esta mañana hicieron los preparativos para el humilde sepelio de Felipe, de 8 años.
Hacia las 10.00 de la mañana, el pequeño ataúd fue colocado en una camioneta para trasladarlo a la colina donde está el cementerio.
La familia del niño, acompañada de los habitantes de esta remota aldea, acompañó en caravana los restos del pequeño hacia su última morada, adornada con una modesta y sencilla lápida de hormigón engalanada con flores de colores. Amarillas, violetas, moradas y rojas.
Este pequeño migrante murió el día de Nochebuena y sus restos fueron repatriados la noche del pasado viernes a Guatemala. Una saca con sus escasas pertenencias fue introducida por la familia dentro de la tumba. Una hermana del menor aprovechó que el cemento con que se selló el sepulcro estaba fresco y, con un palo, escribió el nombre de Felipe Gómez y la fecha de su muerte, 24 de diciembre de 2018, en Estados Unidos. El último recuerdo.
Felipe falleció en el hospital de Alamogordo al que fue ingresado por la Patrulla Fronteriza que lo había capturado el 18 de diciembre junto con su padre Agustín Gómez, de 47 años. Ambos habían partido en busca de una vida mejor.
Yalambojoch, una aldea remota a unos 410 kilómetros de la capital guatemalteca, lloró desde el viernes hasta ayer la despedida al niño. Los habitantes de esta comunidad viven en la pobreza y lo poco que ganan de la agricultura lo destinan para medio alimentarse, situación que llevó a Agustín y Felipe a migrar a Estados Unidos.
Este sábado, los restos de Felipe fueron llevados a la iglesia para orar por su alma y luego fueron trasladados a su humilde casa, de tierra, con paredes de madera y techo de tejas. Según las autoridades estadounidenses, el menor sufrió el 23 de diciembre pasado una fiebre y un resfriado común que obligó a hospitalizarlo. Apenas una hora y media después recibió el alta médica, pero tuvo que ser internado de nuevo en el hospital en el que luego murió. Hasta ahora, la Cancillería guatemalteca no ha recibido los resultados de los exámenes practicados al cuerpo del menor para determinar la causa de su fallecimiento.
El caso de Felipe se suma al de Jakelin Caal, de 8 años, que también murió el pasado 8 de diciembre cuando se encontraba en manos de la Patrulla Fronteriza
 
En la fotografía, secuencia de la noticia emitida por Univisión, se aprecia la humilde sepultura del niño Felipe.
Edwin Bercián y Óscar René Oliva. Efe.
 
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https://www.univision.com/noticias/inmigracion/entierran-en-su-pueblo-natal-en-guatemala-a-felipe-el-nino-que-murio-bajo-custodia-de-la-patrulla-fronteriza