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Revista Adiós

Un ajuar funerario de las tumbas reales, de gran valor, entre las obras que CaixaForum muestra en “Mesopotamia antes del Diluvio”

Publicado: viernes, 29 de marzo de 2013


Foto Caixa Forum
Corona o tocado. Ur (Irak), tumba particular 800, cuerpo #1. Período dinástico arcaico IIIa, 2600-2450 a.C. Oro, lapislazuli, cornalina | 40 × 5 cm. Penn Museum, Filadelfia. © University of Pennsylvania Museum of Archaelogy and Anthropology

 
“Hace unos 5.500 años, en lo que hoy es el sur de Iraq, los pueblos mesopotámicos que hablaban sumerio y acadio crearon las primeras ciudades. La primera organización territorial surgió, desde principios del IV milenio a. C., en un espacio fértil y al mismo tiempo inhóspito.
Con la primera ciudad, Uruk, se creó la primera red de comunicaciones, con sus vías, canales y postas, se desarrollaron jerarquías sociales y la división del trabajo, el capitalismo, un poder fuerte (monárquico o imperial), la escritura, el cálculo, las unidades de medida del tiempo y el espacio, el valor de los bienes y el derecho, manifestaciones culturales a través de las cuales el ser humano se fue desmarcando de la naturaleza, al mismo tiempo que la dominaba.
La importancia que estos avances han tenido en los siglos posteriores ha hecho que durante muchos años los estudiosos hablasen de Sumeria como la cuna de la humanidad. Sin embargo, las investigaciones realizadas en las últimas décadas han desarticulado algunos mitos con respecto a aquella primera civilización. Todo parece indicar que, más que un pueblo con unas
características étnicas, lingüísticas y culturales propias, en Mesopotamia convivieron tribus de distintas procedencias con lenguas y tradiciones diversas”,. Así comienza el documento explicativo de Caixa Forum sobre la gran exposición "Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100 a.C", que actualmente se puede visitar en Madrid y que ya se ha podido ver en Barcelona.
Se trata de la primera muestra que aborda, desde el fin de la guerra de Iraq, la cultura del sur de Mesopotamia, menos popular y conocida que la grecolatina o la egipcia. Se trata de una civilización que no ha gozado del interés para ser divulgada como otras, además de porque las   excavaciones en la zona comenzaron cien años más tarde que en otros lugares, la escritura sumeria se ha descifrado más recientemente.
Aunque son muchas las piezas destacadas que se pueden contemplar en el recorrido de la exposición, el comisario ha destacado el gran valor del ajuar funerario encontrado en las tumbas reales y objetos más modestos realizados en terracota que proceden de la vida cotidiana. Además, destaca las maquetas de barcos y carros de terracota, la corona procedente de una tumba de Ur, así como la estatua del príncipe Gudea rezando, procedente del museo del Louvre.
El documento de la exposición explica todo lo referente al mundo funerario bajo el epígrafe “La última mansión” y dice así: “El infierno sumerio parecía una premonición del infierno medieval: gusanos, larvas y espectros se conjugaban en el universo de las tinieblas. Quien penetraba en el inframundo no regresaba; era despojado de sus ataduras terrenales hasta convertirse en un espectro torturado. Seres monstruosos acechaban a los difuntos.
Las tumbas sumerias solo contenían un pobre ajuar funerario, signo de la misérrima «vida» que aguardaba al difunto. Un huevo de avestruz, no obstante, quizá suplicara un posible renacer. Las tumbas reales de Ur, del 2500 a. C., contenían, por el contrario, tesoros de oro y plata. Más éstos no habían sido depositados para hacer la «vida» en el más allá placentera, sino que tenían que servir para comprar la benevolencia de los poderes infernales, lo que expresaba el terror ante una vida espectral.
La exposición trata de dar a conocer una parte olvidada y mostrar algunas de las aportaciones culturales generadas en este ámbito que se extendieron a todo el mundo, a través de 400 piezas relacionadas con los distintos aspectos de la cultura que se desarrolló en las llanuras fluviales del Tigris y el Éufrates en los milenios IV y III a. C.
Junto a obras de arte y artesanía, joyas y objetos rituales, textos y símbolos, se muestran también las investigaciones más recientes en torno a ese periodo, con entrevistas, reconstrucciones en 3D y documentación.
En este aspecto destacan ejemplares de textos árabes desde el siglo IX y cristianos desde el siglo XVI hasta los años treinta del siglo pasado de viajeros que recorrieron, a partir del siglo XII, el sur de Mesopotamia.
Pedro Azara, junto con un comité científico internacional, plantea en la exposición cómo la primera gran arquitectura monumental, la primera planificación territorial, la primera escritura de la historia y la primera contabilidad se originaron en Uruk hacia el año 3500 a. C, según declaró a Efe. "Descubrieron que era necesario enlazar los espacios habitables, terrenales y fluviales. Con la invención de las ciudades cambiaron la vida del ser humano, establecieron la división social y del trabajo, generándose bienes para el intercambio que originaron, a su vez, un marco legal y administrativo", comentó Azara. En su opinión, las reglas que han permitido la cohabitación del ser humano aparecieron en el sur de Mesopotamia, "una zona muy conflictiva en la actualidad".
La intención de Azara al plantearse la muestra no ha sido únicamente hablar de arqueología "sino resaltar la influencia que el pasado ha podido tener sobre nosotros y, a la vez, plantear una interrogación sobre la interpretación que han hecho los historiadores y arqueólogos de distintas épocas".
El comisario recuerda que en la segunda mitad del siglo XIX se realizaron las primeras misiones arqueológicas, interrumpidas en los años 80, cuando se iniciaron los conflictos en la zona.
Con motivo de la preparación de la muestra el gobierno iraquí autorizó por primera vez la presencia extranjera en esta zona, en la que algunos yacimientos están minados, aunque el mayor daño que han sufrido ha sido a causa de el propio trabajo de los arqueólogos, "que no distinguieron entre terreno y construcciones y lo devastaron", según Azara.
Junto a las piezas sumerias, la exposición incluye algunas contemporáneas, fotografías y filmaciones que son testimonio de la fascinación del viaje a las fuentes de la cultura, o de lo que queda de ella: la serie "Mesopotamia", de Ursula Schulz-Dornburg; el vídeo "Shadow Sites II", de Jananne Al-Ani, y "Escultura de arena", una fotografía de David Bestué.

"Antes del Diluvio. Mesopotamia, 3500-2100 a. C." se puede visitar en CaixaForum Madrid del 27 de marzo al 30 junio de 2013.