sábado, 20 de abril de 2024
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Revista Adiós

Juana Escudero ya no consta como “fallecida”

Publicado: domingo, 22 de octubre de 2017

El Juzgado de Instrucción número 2 de Málaga acordó el pasado jueves declarar la nulidad de la inscripción del fallecimiento de Juana, que se notificará de inmediato al Registro Civil, para que Escudero Lezcano deje de constar como fallecida ante la Administración.
Expertos del Instituto de Medicina Legal de Málaga extrajeron restos biológicos para analizar el ADN del cadáver de una mujer que está enterrada desde 2010 y cuyos datos coinciden con el de una sevillana, Juana Escudero, que lleva desde entonces intentando demostrar a la administración que sigue viva. Se trata de una exhumación que ha autorizado un juzgado malagueño en el cementerio Parcemasa San Gabriel de Málaga. Se han extraído restos para analizar el ADN de un fémur y el pelo de la fallecida, han dicho a Efe fuentes de la investigación, que han detallado que el cadáver se encontraba en buen estado para extraerle ADN.
En los trabajos han participado, además de operarios del cementerio, un representante de la administración de Justicia y un médico forense, y el ADN extraído se va a comparar ahora con el de la propia Juana Escudero y un sobrino de ella, una vez que los analice el Instituto de Toxicología en Sevilla, a donde han sido enviados desde el Instituto de Medicina Legal de Málaga. Salvo retrasos, a lo largo de la próxima semana se podrían tener los resultados de la investigación del ADN para determinar si la persona que está enterrada en el nicho del cementerio de Málaga guarda relación de parentesco con Juana Escudero, informa Efe.
Se trata de un proceso en el que Escudero está inmersa desde 2010, cuando murió la mujer enterrada en el nicho, y cuyo nombre coincide con el de esta vecina de Alcalá de Guadaira, lo que le impide realizar gestiones administrativas desde hace siete años al constar como fallecida.
La mujer que está enterrada en Parcemasa falleció de muerte natural, y su pareja comunicó los datos con los que fue inscrita en el cementerio y dada de baja en el Registro Civil. Su pareja de entonces comunicó, al gestionar el entierro, cuáles eran su nombre y apellidos, que fueron inscritos en una reseña en el nicho, en el que nunca llegó a haber una lápida.
La investigación cree que en este suceso no ha habido "intención dolosa", sino que la mujer podría haber dicho a su pareja que Juana Escudero Lezcano eran su nombres y apellidos, o bien que coincidiesen con la mujer de Alcalá de Guadaíra.