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Revista Adiós

Las cráteras griegas de la cámara funeraria del príncipe Ibero de Piquía recuperan su esplendor

Publicado: domingo, 13 de enero de 2013



Cuatro de las ocho cráteras griegas (s. IV a.C. o III a.C.) encontradas en una cámara funeraria del Príncipe Íbero de Piquía en Arjona (Jaén), del siglo I a.C., se exponen en el Museo Provincial Jaén tras ser restauradas.
Las cráteras, que se encuentran en el Espacio Dedicado "La memoria de los príncipes de Urgavo", se podrán ver hasta el 30 de junio y destacan por su calidad y originalidad temática en las figuras que representa, además de haber sido un símbolo de gran prestigio en la sociedad ibera que se iban pasando dentro de las familias.
Las cráteras halladas en Arjona, proceden de Atenas y tienen figuras, narrando hechos cotidianos, en rojo sobre base negra, estilo que apareció en la ciudad griega hacia el 530-520 a.c., con la particularidad de que una de ellas está dedicada a la mujer, con temas tan femeninos como el aseo o el arreglo de la novia.
La crátera es una gran vasija que podía tener muchos usos como contener una mezcla de agua y vino, el aceite para ofrenda a los dioses o incluso guardar las cenizas de un difunto.
Con esta exposición en el Museo de Jaén se pueden contemplar unas piezas únicas del arte íbero, que junto a cerámica tardía, un carro funerario con adornos en bronce e inscripciones íberas forman parte del rico ajuar hallado en la cámara funeraria del Príncipe Íbero hallado en Arjona tras una riada en 2010 y que aportó nuevos datos sobre la pervivencia de la cultura íbera en época romana.
Además, están pendientes de análisis una veintena de tumbas encontradas alrededor de la cámara funeraria, separadas por la llamada zona de "respeto", y junto a una zona donde se realizaban los ritos funerarios y la cremación de los cuerpos, entre lo que se ha documentado un ritual religioso de libación (que consistía en derramar vino u otro licor), que pone de manifiesto, que a pesar de la presencia romana, eran íberos y pensaban como íberos.
Otro de los hallazgos más sorprendentes de 2011 fue el de la inscripción en escritura íbera meridional, en una tapadera de una urna de plomo en la que aparece el que podría ser el nombre incompleto del Príncipe allí enterrado junto a su familia: ...ILTIR hijo de EKATERUTU, siendo ésta la primera vez que se documenta el nombre de un íbero.