viernes, 19 de abril de 2024
Enalta
Revista Adiós

BILBAO

Derio

Texto y fotografías facilitadas  por el participante.

Preside el centro del cementerio un mausoleo excepcional, que nos traslada el hondo impacto que causó en la sociedad bilbaina de 1912 la catástrofe del Circo del Ensanche, un tragico suceso que tuvo lugar el 24 de noviembre de aquel año, cuando se produjo una falsa alarma de incendio durante la proyección de cine organizada para premiar a los alumnos más destacados de las escuelas de la villa. Fallecieron en la precipitada huida que se produjo a causa del pánico cuarenta y cuatro personas, en su mayor parte niños, cuyos nombres figuran en las inscripciones dispuestas sobre el murete que delimita el recinto, ya acoge en su interior una gran cruz trazada con una plantación de arbustos. Al fondo se disponen una serie de elementos a distintos niveles conformando un escenario lleno de simbolismo: a la derecha un sarcófago decorado en su frente con figuras de niños con actitudes e indumentaria de gusto clásico se complementa con una figura femenina doliente de curvilinea silueta que ocupa el lado opuesto; en el centro la figura de Dios Cronos, un anciano alado de largas barbas sostiene un reloj de arena y advierte del efimero paso del tiempo, y tras él un relieve de bronce alusivo al pasaje evangélico en el que Cristo proclamaba " Dejad que los niños se acerquen a mi", enmarcado por dos columnas, la de la derecha completa y la de la izquierda truncada, en referencia a las vidas perdidas en aquella tragedia.
El proyecto era del arquitecto Ricardo Bastida, quien lo planteaba en 1913, construyendose bajo la dirección del maestro de obras Benito Zumalde, mientras la labor escultórica la realizaron los alumnos de la escuela de Artes y Oficios bajo la supervisión del escultor Higinio Basterra.
 

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