viernes, 26 de abril de 2024
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Revista Adiós

Laura Pardo


Periodista especializada en música.
www.laurapardo.es
 

MÚSICA | Componiendo el duelo

10 de enero de 2019

Eric Clapton, Robert Plant, Jhon Lennon, Ana Torroja, Rocio Durcal

Componiendo el duelo

La muerte de un familiar cercano ha sido la protagonista de numerosas canciones.

Dejando aparte a los de primer grado de afinidad (maridos, mujeres, amantes o novios muertos, que ya tendrán su espacio en otra ocasión), nos centramos en esos cantos a familiares de primer grado de consanguinidad, es decir, padres e hijos.
Una de las composiciones más conocidas con esta trágica inspiración es la canción que Eric Clapton le dedicó a su hijo Conor. El pequeño, que murió con tan solo cuatro años, se cayó desde una ventana del piso 53 de un rascacielos neoyorquino cuando estaba pasando unos días en la ciudad visitando a su padre.


(Eric Clapton con su hijo Conor)
 
Publicada en 1992, el guitarrista ha reconocido que “Tears in Heaven” le sirvió como terapia para enfrentarse a la dramática desaparición de su retoño el año anterior (y a la de su amigo Stevie Ray Vaughan y tres miembros del equipo de directo con el que estaban girando ambos, que murieron el verano de 1990 en un accidente de helicóptero entre conciertos.)
 
Otro que tuvo la desgracia de perder un hijo fue el australiano Nick Cave. Arthur, uno de sus dos gemelos de quince años, se despeñó por un acantilado en 2015 cuando se encontraba bajo los efectos del LSD. Cave hace mención a su muerte en “Jesus alone” y en “I need you”, ambos temas de su disco “Skeleton Tree” de 2016, un álbum en el que recorre destrozado los sentimientos de pérdida y dolor que le produjo su partida. El fallecimiento de su propio padre en un accidente de coche cuando Cave tenía diecinueve años y estaba pasando por una época confusa de su vida fue, según sus propias palabras, uno de los detonantes de la temática oscura de sus canciones, en las que la muerte y la violencia están muy presentes.

Robert Plant, de “Led Zeppelin”, también pasó por ese trago. Su hijo Karac contrajo un virus estomacal con cinco años y no pudo superarlo, muriendo en 1977 cuando la banda de su padre se encontraba en plena gira americana. Los conciertos se cancelaron, Plant volvió a casa y poco después compuso “All my love” pensando en su hijo. Muchos consideran esta tragedia el inicio del fin de “Led Zeppelin”, sobre todo porque parte de sus miembros no fueron al funeral del pequeño, y eso creó una grieta en la relación difícilmente superable. En 1992 escribió otra canción sobre él, “I Believe”, y en una entrevista de este mismo año ha comentado que Karak sigue apareciendo en algunas de sus composiciones actuales porque le sigue echando mucho de menos.


(Robert Plant, "Led Zeppelin" y su hijo Karac)
 
Por su parte, John Lennon escribió en 1970 sobre el deceso de su madre en “Mother”, donde también habla de su padre. Ambos progenitores le abandonaron cuando era niño, aunque con su madre había conseguido recuperar la buena relación, hasta que murió atropellada por un policía fuera de servicio cuando el futuro beatle solamente tenía diecisiete años. El tema se inicia con el doblar de unas campanas y acaba con Lennon gritando insistentemente a su madre que no se vaya y a su padre que vuelva a casa. También escribió sobre ella en la breve “My mummy’s dead”, del mismo disco (“John Lennon/The Plastic Ono Band”) y, dos años antes, aún con “The Beatrles”, en “Julia”.
Treinta y seis años más tarde, en 2004, los californianos “Green Day” reflexionaban sobre la muerte del padre de Billie Joe en “Wake me up when September ends”. El cantante del grupo perdió a su progenitor a causa de un cáncer de esófago en septiembre de 1982, cuando él tenía diez años. Le costó veintidós más encontrar la fuerza necesaria para escribir sobre este tema, y ha descrito el resultado como terapéutico, pero a la vez difícil de interpretar en directo. A partir de 2005 la canción quedó además fuertemente asociada a las víctimas del huracán Katrina, que asoló Nueva Orleans en septiembre de ese año, ya que se interpretó en varios conciertos benéficos para los damnificados y en internet se utilizó como fondo musical de vídeos que mostraban la devastación de la ciudad.

La superbanda “Mike & the Mechanics” publicó en 1988 “The living years”, un tema dedicado a los padres, recientemente muertos, de Mike Rutherford, uno de sus miembros, y de B.A. Robertson, colaborador habitual de Rutherford, coautor de la canción. Su letra refleja unsentimiento de culpa tan frecuente tras el fallecimiento de un ser muy querido (“yo no estaba allí esta mañana cuando mi padre murió, no le llegué a decir todo lo que le tenía que haber dicho”) que se convirtió en un éxito en medio mundo, especialmente en los países angloparlantes. Además, el vocalista que la interpretaba, Paul Carrack, había perdido a su padre en un accidente laboral cuando tenía once años, lo que le confiere unas connotaciones aún  más conmovedoras.

Otro corte en el que sale a la luz el arrepentimiento es “Hurt”, de Christina Aguilera. Publicado en 2006, la coautora del tema, la productora y música Linda Perry, se lamenta de las desavenencias nunca resueltas y cómo llevó la relación con su padre, ahora ausente.
 
 Pero parece que en castellano el recuerdo de los progenitores fallecidos no tiene tanta carga de culpa como en inglés.
En su debut en solitario, Ana Torroja incluyó “No estás”, una carta a su madre, muerta a causa del cáncer cuando ella tenía 25 años y “Mecano” estaba en su apogeo. Fue la primera letra que escribió la madrileña y evoca momentos agradables y recuerdos junto a quien le dio la vida.
 
Igualmente, “Amor eterno”, que Rocío Dúrcal convirtió en una de sus canciones más conocidas, fue dedicada por su autor, el mexicano Juan Gabriel, a “todas las madres del mundo”, ya que la escribió tras la defunción de la suya en 1974. Su antiguo representante dice que la composición en realidad habla sobre la despedida de un antiguo amante, pero el autor manifestó en múltiples entrevistas que la escribió conmovido por la expiración de su progenitora.
 
Por su lado, el argentino Diego Torres dedicó también “Tal vez” a la partida de su madre, la cantante y actriz Lolita Torres, que murió  en 2002 a causa de un infarto cuando él se encontraba de gira en Colombia. En el tema reconoce que no fue realmente consciente de lo mucho que la quería hasta que ella murió.