Los retratos de El Fayún es el nombre con el que se conoce a un tipo de retratos que se hacían en tablas de madera para cubrir el rostro de momias. Se realizaron cuando Egipto pasó a ser provincia romana, lo que produjo una curiosa fusión de tradiciones ancestrales de ambas zonas. Me refiero al gusto de los romanos por los retratos, un género del que fueron verdaderos maestros; y la costumbre egipcia de momificar y cubrir con una máscara funeraria al difunto.
Han aparecido por todo Egipto, pero son más abundantes en la región de Fayún, es decir justo al sur del delta del Nilo. Eso ha hecho que se les conozca a todos con el nombre genérico de "retratos de El Fayún", refiriéndose más al estilo que a la zona. Parece que la proliferación de este tipo de retratos en la zona de El Fayún debemos explicarla por una ola de inmigrantes griegos, sobre todo soldados veteranos, que se instalaron en la zona. Allí las ideas clásicas se asentaron con fuerza, mezcladas con la creencia egipcia de la necesidad de que el retrato fuera lo más veraz posible para que el kha (espíritu) encontrara el cuerpo tras su muerte.
En general representan a una sólo figura, masculina o femenina dependiendo de quién fuera el difunto. Está de frente, y destacan sus enormes ojos. Los peinados, vestimentas e incluso joyas de cada retrato son de enorme interés, porque se han utilizado incluso para datarlos. Conservamos unos 900 ejemplos, realizados principalmente con dos técnicas: temple (pigmentos se mezclan con alguna sustancia orgánica, como huevo) y encaustica (pigmentos se mezclan con cera). A día de hoy podemos contemplarlos en los museos de manera aislada, es decir la tabla con el retrato nada más. Pero en origen se ponían encima del rostro del difunto, entre las telas que lo envolvían.