sábado, 20 de abril de 2024
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Revista Adiós

Nieves Concostrina


Redactora jefa de Adiós Cultural.

CINE | Diego Galán y el sombrero de Mastroianni

16 de abril de 2019

Diego Galán y el sombrero de Mastroianni

El crítico de cine de “El País”, escritor, cineasta, asesor de directores, consejero de actores, exdirector del Festival de San Sebastián y colaborador del programa de Radio Nacional “No es un día cualquiera”, falleció el 15 de abril en su casa, a su aire, con el mando de Movistar en la mano. Lo último que hizo en esta vida fue, sentado en su sillón, buscar una buena peli para ver
 
En el cementerio de Montjuïc, en Barcelona, hay un nicho cuyo epitafio reza “Mi última diligencia: que os zurzan”. En Ávila hay una sepultura con idéntico mensaje, pero más gráfico y explícito: una mano de piedra de casi un metro, adosada a la lápida vertical y haciendo la peineta.
En el momento justo de escribir estas líneas, con Diego Galán todavía de cuerpo presente y a pocos minutos de su incineración, desconozco si su familia ya ha decidido esparcir, aventar, enterrar o conservar las cenizas, pero el primer epitafio le iría que ni pintado a Diego si hubiera que poner uno, y la peineta sería redundante puesto que ya nos dedicó una a finales de octubre de 2018. Su buena amiga y periodista Rosana Torres la captó para que quede documentado por los siglos de los siglos.
Fue durante la entrega de la Medalla de Oro que le entregó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. El patio de butacas del salón de actos estaba salpicado de talentos agradecidos y de talentosos profesionales de todo pelaje, desde libreros a actores, desde escritores a directores, desde amigos a periodistas… que se fueron pasando el micro hasta lograr enternecer al poco impresionable Diego Galán. Antes muerto que moñas.
Pero no había corazón que mantuviera el tipo con aquel homenaje, y aunque el de Diego no estaba ya para muchos trotes, salió de la Academia de Cine fortalecido. Cómo no. Aquella tarde-noche del 25 de octubre tuvo un remate de lo más cinematográfico cuando su amigo el figurinista Pedro Moreno, desde el otro extremo del patio, lanzó a Diego Galán un sombrero que planeó por encima de todas las cabezas; el que llevó puesto Marcello Mastroianni en la película “Fellini ocho y medio”. Ya no se lo quitó en toda la noche, y con él puesto, coronado por uno de los más grandes, sosteniendo un vino y con el gesto irónico, nos dedicó su peineta a través de la cámara de Rosana Torres.
Ese sombrero ha acompañado a Diego en su féretro. Colocado a un ladito. Con él. Y con él ha sido incinerado. Diego y Marcello ya son “Pulvis, cinis et nihil”; polvo ceniza y nada… o no.
Claro que no. Son dos galanes de tanta altura como el humo en el que se han fundido. Perdona la ñoñería, Diego, pero con algo tenía que responder a tu peineta.


En la fotografía de Rosana Torres, Diego Galán, el 25 de octubre de 2018, posando para su amiga y periodista, tras recibir la Medalla de Oro de la Academia de Cine.
En la otra imagen, Marcello Mastroianni, en un fotograma de la película “Fellini ocho y medio”, con el sombrero con el que ha sido incinerado Diego Galán.