jueves, 25 de abril de 2024
Enalta
Revista Adiós

Ginés García Agüera


Periodista especializado en cine. Colaborador de "Adiós Cultural" desde el número 1.

CINE | Desaparece la mirada inolvidable de Bibi Andersson

15 de abril de 2019

La actriz sueca, Bibi Andersson, falleció ayer a los 83 años de edad. Era dueña de una de las miradas más inteligentes de la historia del cine.

Desaparece la mirada inolvidable de Bibi Andersson

La actriz sueca, Bibi Andersson, falleció ayer a los 83 años de edad. Era dueña de una de las miradas más inteligentes de la historia del cine, quizás solo comparable a la de Jeanne Moreau, Liv Ulman, Charlotte Rampling, pocas más. Hace muchos, como muchísimos años, el arriba firmante, con apenas dieciséis años, se enamoró de aquella mirada. Fue en la película “Persona”, de Ingmar Bergman, en la que la actriz desaparecida interpretaba a Alma, una enfermera encargada del cuidado de una actriz que había perdido la voz, y a la que daba vida Liv Ullman. Las dos intérpretes, Andersson y Ullman compusieron en aquella cinta, uno de esos dúos actorales difíciles de olvidar. En aquel momento, Bergman era la pareja sentimental de una de ellas, y luego lo fue de la otra, no tengo demasiado claro el orden de la vida sentimental del cineasta norte europeo, y no deja de ser asunto apuntado a modo de anécdota, sin mayor relevancia. Salvo si tal circunstancia condujo al director sueco a entregarnos una sucesión de imágenes envolventes y enloquecedoras de dos actrices en estado de gracia, en un blanco y negro que parecía mágico.
 
Bibi Andersson (por favor, no confundir con nuestra Bibi Andersen, ahora Bibiana Fernández), trabajó a las órdenes de Ingmar Bergman en más de diez ocasiones, entre ellas en obras tan relevantes como “La carcoma”, “Pasión” o “Secretos de un matrimonio”. Pero nunca mencionada colaboración logró esos destellos de encuentro milagroso como en la película “Persona” en 1966. Bibi Andersson hablaba y hablaba para intentar recomponer a su compañera enferma, en su lengua natal (qué maravilla la versión original para prenderse de esta actriz), y componía un trabajo que arrastraba inexorablemente al espectador a la más pura fascinación.
 
 Rubia, siempre con su pelo corto, la mirada inolvidable de Bibi Andersson, aparte de sus colaboraciones en la obra de Ingmar Bergman, también apareció en películas como “La carta del Kremlin”, de John Huston, “La amante”, de Vilgot Sjorman, “El festín de Babette”, de Gabriel Axe, y hasta en alguna que otra producción española, como “Una estación de paso”, dirigida por Gracia Querejeta. Ahora nos ha dejado, y acudo a mi videoteca para rescatar “Persona”. Volver a ver su mirada, una vez más. Ahora en su recuerdo.