jueves, 25 de abril de 2024
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Revista Adiós

Exequias

10 de abril de 2019

Exequias

La palabra exequias, perteneciente a la misma raíz que el verbo latino "exsequor" (seguir hasta el final, acompañar especialmente a un muerto, cumplir...), significa propiamente honras fúnebres y equivale en su significado a los funerales que se hacen a un difunto.

 Aunque existe el doblete semántico obsequias, también de la misma raíz, empleado durante siglos en las inscripciones funerarias latinas, que fue la palabra que se utilizó en nuestra lengua en el Siglo de Oro, y es el término que ha pervivido en francés ("obsèques"), hoy sin embargo ha quedado totalmente desusado en español.

La costumbre de realizar honras fúnebres o exequias la tenemos registrada ya en civilizaciones antiguas; así en los primeros tiempos de la Biblia vemos cómo Moisés habla de las honras practicadas a los difuntos en dos momentos del Génesis (XXIII 2-3, I, 10) y Deuteronomio XXXIV, 8. También en el libro de los Reyes (III, 31).Dentro de la Iglesia católica hay un protocolo donde se establecen cuatro puntos. "El Ordo exequiarum" o “Ritual de los funerales” de la liturgia romana propone tres tipos de celebración de las exequias, correspondientes a tres lugares de desarrollo (la casa, la iglesia y el cementerio), y según la importancia que les den la familia, las costumbres locales, la cultura y la piedad popular.

Por otra parte, este desarrollo es común a todas las tradiciones litúrgicas y comprende cuatro momentos principales:

 a) "La acogida de la comunidad". Los familiares del difunto son acogidos con palabras de consolación.
 b) "La Liturgia de la Palabra". La celebración de la Liturgia de la Palabra en las exequias exige una preparación. La homilía, en particular, debe evitar el género literario de elogio fúnebre (cf. "Ritual de exequias, Primer tipo de exequias, 41").
c) "El Sacrificio eucarístico". Cuando la celebración tiene lugar en la Iglesia, la Eucaristía es el centro de la realidad pascual de la muerte cristiana (cf. "Ritual de exequias, Prenotandos, 1").
 d) "El adiós " (a Dios) al difunto es “su recomendación a Dios” por la Iglesia.

Es el “último adiós [...] por el que la comunidad cristiana despide a uno de sus miembros antes que su cuerpo sea llevado a su sepulcro” (cf. "Ritual de exequias, Prenotandos, 10"). La tradición bizantina lo expresa con el beso de adiós al difunto.