sábado, 20 de abril de 2024
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Revista Adiós

Escarlatina, la cocinera cadáver

15 de febrero de 2019

Cuento infantil (+8 años)

 Escarlatina, la cocinera cadáver

Autora: Ledicia Costas
Editorial: Anaya
Edición: 2015

Román nació el Día de los Difuntos y, quieras o no, eso te marca. Quiere ser chef y en su undécimo cumpleaños recibe como regalo un curso de cocina muy especial: un ataúd negro donde descansa Escarlatina, una niña cocinera de su edad que falleció hace 150 años. Para disfrutar de su regalo, tendrá que activar a la cocinera cadáver. Este es el inicio de un divertido y alocado viaje al inframundo, donde juntos tendrán que idear una receta que guste por igual a vivos y a muertos. De lo contrario, ni Román podrá volver del inframundo ni Escarlatina ganarse su deseada resurrección. Ayudados por su mascota -un gato- y la de Escarlatina -una divertida araña fantasma- vivirán escalofriantes y muy divertidas aventuras. En su periplo por el inframundo, Román se encontrará con el fantasma de su abuelo y esto le sirve a la autora para afrontar el tema de la despedida de los seres queridos y la aceptación de la muerte. Es de agradecer toparse con historias desenfadadas, gamberras, incluso con un punto de irreverencia, capaces de reírse con la muerte para desdramatizarla sin quitarle un ápice de trascendencia al tema.
El mundo de los muertos es peligroso a ratos pero, sobre todo, divertido y chiflado. En él, Román va a aprender que vivir plena-mente consiste en disfrutar y aprovechar el tiempo que uno tiene, y que el hecho de que la persona querida se vaya para siempre no significa que la dejemos de querer. Al mismo tiempo, se llevará consigo enseñanzas mucho más prácticas que podrá aplicar en el mundo de los vivos. Desde recetas de cocina -se incluye una al final de cada capítulo- hasta maneras de afrontar los conflictos. El niño que se suba al mortibús con estos locos personajes va a disfrutar, se va a reír, se llevará sorpresas y descubrirá junto a ellos que no siempre deseamos lo que realmente necesitamos. Todo ello aderezado por unas ilustraciones góticas y al tiempo caricaturescas y nada oscuras, que hacen de este libro, Premio Nacional de Literatura Infantil en 2015, un plato para disfrutar con todos los sentidos.


Escrito por Javier Fonseca