sábado, 20 de abril de 2024
Enalta
Revista Adiós

Memento Mori

01 de enero de 1970

O cuando un esclavo le susurraba al oído, para que no se creyera un dios.

Memento Mori

Una expresión latina que significa “recuerda que has de morir”, “recuerda que eres mortal”.

El origen de la misma se encuentra en la antigua Roma, que probablemente la tomó a su vez del pueblo sabino.

Así, cuando un general victorioso, tras infligir una derrota al ejército enemigo, hacía su entrada triunfal en Roma y se paseaba por sus principales vías sobre un carro, oyendo el clamor y los aplausos del público, un esclavo se encargaba de susurrarle al oído esta frase una y otra vez para recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, para impedir que se ensoberbeciese y se creyese -en medio del aplauso- que era un dios.

Es posible, siguiendo a Tertuliano, que la frase completa fuera Respice post te! Hominem te esse memento! (Apologético 33), es decir, “¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un ser humano”.

La expresión ha pasado a la historia del arte y a la literatura como un tópico con el sentido de ‘considerar la fugacidad de la vida’. Así es, “memento mori” en el arte es un modelo iconográfico que alude a la advertencia de la muerte.

Uno de los ejemplos más representativos del tema es un mosaico del Museo de Nápoles, encontrado en una casa de Pompella,  en que una calavera central pende de un hilo situado en el centro de una escuadra, y se sitúasobre una rueda que tiene alas de mariposa. A los lados vestimentas de rico y de pobre, queriendo dar a entender que la muerte alcanza a todos por igual.


Más tarde, en la Edad Media, el tópico lo asume el cristianismo para advertir cómo el cristiano ha de estar siempre preparado para la muerte, para una muerte incierta de la que no sabemos el día ni la hora. La calavera, el reloj de arena que agota ya su contenido, la guadaña, etc., eran otros tantos elementos iconográficos que acompañaban a la inscripción de “memento mori”.
El cristianismo adaptó la fórmula dando un contenido similar aunque variando las palabras; así oímos el “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”, que se pronuncia cada año en la liturgia del Miércoles de Ceniza.
Autor: Javier del Hoyo